Ojos claros, cabellos dorados, de azul trajeado busca princesa que le llene de color los dias sobríos, que haga de este cuento uno de hadas.
Ellos tampoco se quedan atrás: o van de niño que no ha roto un plato en su vida, o de chulo que todo lo puede hacer por el hecho de poseer una cara bonita o un grupo de amigos con el que hacerte frente.
Este es el mundo que estamos creando, y mi pregunta ahora es: ¿Desde cuándo la voz de la razón se ha vuelto la mala de este cuento? En nuestras manos esta el cambiarlo. Espero que la madurez aborde nuestros corazones de las personas de una vez por todas.
(PD: acabo de encontrar esta entrada hecha hace un año...)
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