miércoles, 4 de mayo de 2011

Nada, nunca pasa nada ese es el problema

- ¿Como lo has sabido? - preguntó mientras sonreía timidamente - Eres horrible, pero me encanta... - concluyó terminando de esbozar esa sonrisa que caracterizaba su forma de ser (o que al menos lo quería)

No sé el porqué pero siempre consigues que sonría y por eso quiero agradecertelo de alguna manera no se me ocurren muchas y todas las rechazas...

PD: hasta en un balcón con vistas al Golfo de Venecia.

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